viernes, septiembre 29, 2006

Se hace camino al andar

Hace ya años que comenzó mi exilio. Se esfumó la presión, pero hay noches que uno recuerda el pasado y siente otra vez la rabia de haber huido, de haber abandonado el barco que se hundía, dejando atrás a compañeros atrapados en el infierno. Sí, en el infierno de Euskal Herria, País Vasco, CAV, Euskadi, Vascongadas o como prefiera usted llamarlo. Un bello lugar abandonado de la libertad, de la democracia, de la convivencia y de tantas otras cosas necesarias para un pleno desarrollo individual. Un lugar acosado por el odio y la intolerancia, oprimido por el racismo y la hipocresía nacionalista, donde se debe callar o morir. En el cual no se puede pensar libremente, porque el pensamiento libre es el camino a la libre expresión y ésta se encuentra vedada allí. Una región en la que uno es discriminado dentro de su mismo país por no pertenecer a un grupo étnico ficticio determinado y no comulgar con la ideología totalitaria promulgada por el nacionalismo gobernante y sus grupos paramilitares.

Hoy, en vista en lo que sucede en el país que me vio nacer, España, país al que regrese después de pasar toda mi vida en una de sus regiones, que mal que nos pese es completamente independiente, solo para ver como mi gobierno, que yo creía legitimo, el gobierno español, no ningún gobierno autonómico y fascista, se rendía a la amenaza totalitaria negociando con los grupos paramilitares del gabinete autonómico y les regalaba la victoria sobre la democracia, traicionando la sangre de los inocentes caídos en su nombre, he decidido contar mi historia. Por ellos, por los inocentes, de todo tipo, camareros, fotógrafos, taxistas, fontaneros, cuyo único delito fue defender la libertad en un sitio donde les estaba vedado. Asesinados impunemente por mafiosos financiados y dirigidos por neocaciques autonómicos que han orquestado todo para mantener sus privilegios, que han disfrutado a lo largo de toda la historia de España.

Ésta es la historia de un hombre cobarde, un hombre que huyo. Que huyo de cobardes que perdían temer el poder que habían mantenido a lo largo de decenios, a pesar de guerras, revoluciones y dictaduras, amparados por la traición y el oscurantismo inquisidor de su raza ficticia y mentirosa. Un pueblo de cobardes que ha encontrado en el genocidio liberticida cubierto bajo el manto del terrorismo indiscriminado y la presión social generalizada, el camino a perpetuarse en el poder absoluto. Un poder absoluto, que cada día están más cerca de conseguir, que ya ostentan de facto y cuya perpetuación anhelan a través del exterminio de sus enemigos.

En este diario relatare mis experiencias y opiniones desde el anonimato, ya que como hombre cobarde soy precavido y toda precaución es poca cuando un gobierno con servicio de inteligencia puede ir detrás de ti. Puede parecerle, querido lector, que peco de paranoia pero mas de un caso de investigados por la policía política vasca, han sido luego objetivos de sus fuerzas paramilitares.

Un saludo a los inocentes, y a sus familias. Soy un cobarde, pero no olvido. No olvido y recuerdo lo que viví. Recuerdo la verdad de lo que sucedió. Recordémoslo juntos, cuando se esta pactando nuestra derrota.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Impactante.

29/9/06 21:31  

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